No se trata sólo de perder kilos en caso de obesidad y sobrepeso, sino que se hace mirando todas las circunstancias que rodean al paciente, para que éste pueda adaptarse lo máximo posible: a su entorno, a sus hábitos o a su capacidad gastar Esta es la dieta FAFO, abreviatura de flexible y amigable o fácil de usar para perder peso.
El endocrinólogo Rafael Gómez y Blasco, directivo de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), creó la dieta FAFO, en la que trabaja desde hace más de 25 años y que ya se aplica en algunas consultas de España así como en diversos países latinoamericanos para la formación de trabajadores de la salud.
«Un médico no puede dar la espalda a la situación de su paciente», defiende el galeno en una entrevista con EFEsalu en un enfoque más profundo e individual, una visión de 360 grados, defendiendo un modelo diferente al resto de dietas desde una perspectiva nutricional.
Esta dieta fue uno de los temas presentados en el XIX Congreso Nacional de la SEEDO en Sevilla el pasado mes de noviembre como modelo enfocado a cambiar el estilo de vida de los pacientes, que, según el endocrinólogo, contó con el respaldo científico de diversas sociedades y expertos. , desde antropólogos hasta psicólogos o especialistas en RRHH.
Y se considera un modelo «asequible» para poblaciones con recursos limitados, según señaló el Director Académico de la Federación de Obesidad y Metabolismo de Centroamérica y el Caribe (FECCOM).
La base, una dieta mediterránea
Los alimentos son los propios de la dieta mediterránea (fruta, verdura, pescado, frutos secos, aceite de oliva…), aunque la subida generalizada de los precios, sobre todo del aceite de oliva, hace que muchas personas no puedan seguirla.
El endocrinólogo considera que, además de aceite de oliva, se pueden consumir otros aceites vegetales, sobre todo en América Latina, como el de girasol, el aceite de orujo de oliva, el de maíz, el de ajonjolí y descartar el aceite de palma.
El reto, cambiar el estilo de vida
El principal reto de la dieta FAFO es realizar un cambio flexible y adaptado al estilo de vida del paciente donde de forma exhaustiva se trabaja con una herramienta que contiene toda la información relativa al entorno donde vive, su tipo de trabajo, la actividad física que realiza, sus costumbres y sus recursos.
“¿Cómo participa él en la cesta de la compra? ¿Cuántas veces va a comprar?¿La capacidad que él tiene para comprar determinado tipo de productos?…Y vamos haciendo un trabajo, una enseñanza, una educación y le vamos equilibrando su dieta dependiendo de esas circunstancias que son bien diferentes en cada persona”, apunta.
También es fundamental una vida activa pero adaptada al clima del lugar de residencia, a los horarios y capacidades físicas de cada persona.
Apoyo psicológico con la dieta FAFO
La dieta FAFO tiene en cuenta el apoyo psicológico al paciente: “Analizamos hasta qué punto le preocupa el aspecto físico, si está afectado por el estigma de la obesidad, cuánto le influyen los ambientes obesogénicos…”.
También es importante el grupo de convivencia ya que eso puede repercutir en la adherencia a la dieta.
“Necesitamos organizar una alimentación para todo el grupo familiar en la que, ajustando unas determinadas cantidades y forma de preparación, la persona con sobrepeso u obesidad pueda estar comiendo” lo mismo que el resto sin que suponga un sufrimiento o le genere ansiedad.
Y esto también repercute en la economía familiar y en la facilidad de organización.
¿Y para los excesos de las navidades?
El doctor Rafael Blasco y García, directivo de la SEEDO, recuerda que los excesos de las navidades nos hacen ganar 2 ó 3 kilos en pocos días que pueden tardar 3 ó 4 meses en perderlos.
Por eso aconseja:
Llevar una dieta mediterránea equilibrada.
Recurrir a las comidas de “cuchara”, a base de legumbres y verduras.
Andar de forma obligatoria diariamente no menos de 40 minutos.
Beber con asiduidad (agua e infusiones).
Comer cinco veces al día, masticando despacio.
Desterrar los dulces y el alcohol una temporada.
La dieta FAFO pretende contribuir a hacer frente al sobrepeso pero, especialmente, a la pandemia de la obesidad que afecta a todas las regiones dado los cambios alimentarios en favor de productos ultraprocesados, más baratos y accesibles, y al sedentarismo.