El doctor Ariel Flores, médico del Centro de Salud de La Habana, Yoro desmiente algunos mitos sobre la diabetes.
La cantidad de personas que padecen diabetes en Honduras incide en los hábitos de vida, especialmente de aquellos que se encuentran siguiendo los consejos de su médico de cabecera.
Esta es una enfermedad en torno a la que circulan numerosos mitos. Uno de los más conocidos es que los diabéticos no pueden comer fruta o dulces, o que solo comer este tipo de alimentos es lo que la produce.
Ariel Flores, médico del Centro de Salud de La Habana, Yoro en Honduras, habla respecto a los mitos que se han extendido en pacientes cuando reciben un diagnóstico de esta patología.
En sus declaraciones para www.enlaplaza.hn el doctor Flores menciona que una de las mentiras que la gente ha generalizado respecto a esto es que quienes padecen esta enfermedad no pueden comer dulces ni frutas, ni carbohidratos.
Flores explica que esto no es del todo cierto, porque si se puede, pero se debe controlar la alimentación con un profesional, aunque la decisión de comer este tipo de alimentos también dependa de otros factores.
Por su parte, el doctor Carlos Miranda Fernández-Santos, coordinador del Grupo de Trabajo sobre Diabetes de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), asegura que los diabéticos pueden comer de todo, pero tienen que controlar lo que comen.
Miranda apostilla que lo único que tienen que hacer las personas con diabetes es «compensar» su alimentación y hacer ejercicio.
«El origen de la diabetes no está en la ingesta excesiva de dulces sino en un problema en el páncreas que no produce correctamente la insulina», explica el médico de Familia, que incide en la importancia de los hábitos saludables.
Y es que unos peores hábitos pueden estar detrás del aumento del número de casos de diabetes tipo 2, que solamente en Honduras llega a afectar a cerca de 2 millones de personas y más de 400 millones a nivel mundial.
A diferencia de este tipo, que aparece en la edad adulta, la diabetes tipo 1 tiene causas genéticas y se suele diagnosticar mucho antes.
«Hay mucha diferencia entre los diabéticos tipo 1 y los tipo 2», explica Miranda.
«Los tipo 1 están mucho más informados porque su enfermedad es más complicada, tienen mucho autocontol y una educación terapéutica muy estricta, porque tienen que saber manejar la dieta y los ajustes de la insulina desde mucho antes», detalla.