El ministro de Seguridad, Ramón Sabillón dijo este martes que no descarta una vendetta familiar en la masacre suscitada en una aldea del departamento de Comayagua.
Es que el comisionado policial reaccionó de esta manera a una entrevista concedida a un medio televisivo de cobertura nacional, en la que se le consultó sobre las causas de los últimos asesinatos múltiples.
Recordemos que el fin de semana se reportó la muerte de seis personas en el sector de Comayagüela, en el Distrito Central. Ellos fueron asesinados por encargo y se cree una pelea de territorios de venta y distribución de droga.
El último asesinato múltiple fue en la carretera que conduce de Comayagua a la aldea El Portillo de la Mora, donde unas nueve personas fueron acribilladas.
La hipótesis de Sabillón, respecto al último asesinato múltiple, es que puede tratarse de una venganza familiar, aunque este extremo no ha sido confirmado en su totalidad, pero es la línea de investigación sobre la cual se trabaja.
Testigos del lugar indican que una de las familias recibió la visita de uno de sus parientes que viajó desde Estados Unidos, pero este tuvo problemas con uno de los moradores de la aldea.
La situación se tornó más violenta al grado que una de las personas involucradas en el pleito, provocó la muerte del compatriota que llegó de visita, en venganza sus parientes mataron a estas nueve personas.
“Percibimos una actitud violenta en el seno de la familia hondureña”, se lamentó el ministro de Seguridad, Ramón Sabillón.
Al referirse a las últimas dos masacres, el alto oficial de la Policía Nacional dijo que en Tegucigalpa se debió al consumo y distribución de drogas.
En la de Comayagua no se descarta una venganza familiar, “en ambos casos usted puede ver que la causa social es la violencia que desgraciadamente sobrepasa la razón”.
“Es de inicio una de las hipótesis preliminares que tenemos porque ya alguien había matado a la familia del otro y estos dieron una respuesta violenta”, indicó.
Agregó que están ahondando en ese tema como hipótesis preliminar, pero no deja de preocupar esa falta de convivencia en la sociedad hondureña.
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