Las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP), anunciaron el relevo y reasignación de todo el personal operativo y agentes en los centros carcelarios de Honduras.
Esta es una medida que surge tras la decisión del Poder Ejecutivo de relevar a la Policía Nacional del control de los recintos carcelarios.
Esto porque la semana pasada murieron 46 reclusas de la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), durante una reyerta entre miembros de la MS-13 y la pandilla 18.
La decisión de la presidenta Xiomara Castro tiene vigencia a partir del primero de julio, fecha en la que la Policía Militar del Orden Público (PMOP), tomará en mando de manera formal.
Militarización desde ya
Sin embargo, este ente comenzó desde ya a militarizar las cárceles, reforzando con efectivos de todas partes del país, con los cuales realiza requisas y allanamientos al interior de las cárceles.
Es sorprendente todo lo que se ha encontrado, armas de grueso calibre, municiones, equipos de comunicación, que muestran el nivel de complicidad que las autoridades carcelarias han tenido hasta ahora con los reos de las diferentes maras.
Hasta ahora se realizan cambios en las direcciones de los centros penales, la primera es en la dirección del PNFAS, donde se encuentra la teniente coronel Almendarez, quien tiene de inicio que lidiar con la alarma constantes después de la muerte de 46.
Instituciones como la Secretaría de Medio Ambiente y Copeco envían alimentos, mientras que el personal de Derechos Humanos de la Policía Militar inspecciona la situación de las reclusas que sobrevivieron.
Reasignación de personal
En un comunicado, el INP indicó que el personal penitenciario deberá presentarse el martes 4 de julio a las 12:00 del día a la Academia Nacional Penintenciaria, en Támara, para recibir su nueva reasignación.
Además, aclararon que «en ningún momento» el personal operativo y agentes penitenciarios serán despedidos de su cargo, sino que habrá una reestructuración de sus asignaciones.
Masacre en Támara
El pasado 20 de junio se desataron los infiernos en la PNFAS: una riña e incendio dejaron sin vida a 23 reclusas por armas blancas y de fuego, y las otras 23 calcinadas en un incendio en una celda, de acuerdo con la información de las autoridades de Honduras.
La matanza en la PNFAS fue la primera registrada en una cárcel de mujeres en Honduras, donde murieron de forma violenta 1,050 reclusos entre 2003 y 2019, de acuerdo con el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh).
Los enfrentamientos entre pandillas se han convertido en un hecho habitual que desatan la muerte violenta de sus contrincantes en los superpoblados y hacinados presidios masculinos.
En uno de esos hechos, registrado el 14 de febrero de 2012 en la granja penal de Comayagua, murieron calcinados 360 reos.
El nivel de ocupación del sistema penitenciario de Honduras es de 150.8 %, de acuerdo a la Plataforma Mundial de las Prisiones (WPB, por sus siglas en inglés).
En la PNFAS había unas 1,000 reclusas cuando su capacidad es de 400, de acuerdo con los datos disponibles.
La WPB, que utiliza datos de fuentes gubernamentales, indica que la prisión preventiva representa el 53.7%, en el caso de Honduras.