Los verdiblancos llegaron con ilusión a Inglaterra y firmaron una gran primera mitad.
Sin embargo, en la segunda los ingleses fueron un vendaval que no pudieron frenar.
Era un partido para soñadores en El Teatro de los Sueños. Porque el Betis es un equipo tan sentimental como un matrimonio.
Y no hay nada que lo refleje mejor que su afición, que realizó un desplazamiento masivo a Manchester.
Más de 4.000 aficionados viajaron a Inglaterra (de las escalas mejor no hablar) para apoyar al club.
Un equipo en el que fue titular Joaquín, que en la penúltima y me voy describió mejor que nadie qué es el beticismo.
El capitán cooperó para que los verdiblancos no pasaran de puntillas por Old Trafford.
Pero no fue suficiente: la ridícula segunda parte ha dejado la eliminatoria sentenciada (4-1).
Es pleno de mes marzo, pero el comienzo de la noche se asemejó al de octubre.
Parecía que el Betis estaba ante su Halloween particular; el abismo estaba igual de cerca que para un funambulista.
El inicio del partido dejó a un Manchester United muy superior que aprovechó el error de Luiz Felipe para tomar ventaja.
El autor del gol fue Rashford, eléctrico y letal para los intereses verdiblancos.
El talento individual de los ingleses es difícilmente igualable. El Betis planteó una presión similar a una jaula.
Ese enjambre, sin embargo, no intimidó para nada al Manchester United, que realizó salidas limpias de pelota.
Manuel Pellegrini se desesperó en la banda, con sus gestos habituales.
En ocasiones, la comunicación no verbal transmite más información que la verbal.
Una revolución que acabó en ridículo
La noche había empezado como una pesadilla (así fue finalmente), pero el Betis se despertó poco a poco en la primera mitad.
Joaquín y Ayoze tiraron de experiencia para dotar de una pausa más que necesaria al ataque verdiblanco.
Con el apoyo de la afición, capaz de silenciar a Old Trafford, comenzaron un intento de revolución que para nada fue silencioso.
El ataque del Betis, unido a los errores de De Gea, sirvieron para que Ayoze demostrara por qué los verdiblancos apostaron tanto por su incorporación.
Lo estaba haciendo todo bien en el partido, y además sumó un gol. Lo normal es escuchar el silencio con un tanto visitante, pero los béticos jalearon como nunca.
Fue un oasis de felicidad en una noche que acabó siendo de terror. El favorito claramente es el United, pero en los instantes finales de la primera mitad fue mejor el Betis.
Los verdiblancos tiraron de orgullo para enseñar sus colmillos. Varane y Lisandro Martínez estaban desesperados.
¿Cuándo se había despertado el rival? Tras el gol, Ayoze fue capaz de darle al palo, reafirmando el dominio de los sevillanos.
Arrolló el United
Lo que vino después fue una tormenta que no le dio tiempo a asimilar al Betis.
En apenas cinco minutos, los ingleses se colocaron 3-1. Justo después del segundo gol del United, Pellegrini tenía preparado dos cambios (Canales y Ruibal), que llegaron finalmente tarde.
La nevada era fuerte, pero más aún el ataque de los locales. El gol de Weghorst, que lo peleó durante todo el partido, cerró el marcador.
El Betis se conformó con aguantar el envite de los ingleses en una segunda mitad en la que estuvieron irreconocibles.
Es lo que tiene jugar frente a rivales de tanta talla. Lo peor: que la eliminatoria está sentenciada para la vuelta.
Al United le espera el Benito Villamarín, una caldera en la que tendrán que pelear frente a las 60.000 almas que lo llenarán.
Pero el público poco importará: Old Trafford ha dictado sentencia.
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