En una comunidad de El Porvenir, Atlántida, a tan solo unos pasos y prácticamente sobre sus familiares fallecidos, hondureños han construido sus viviendas en un cementerio al norte del país.
«Hemos convivido al lado de los muertos, ya nos acostumbramos», fueron las palabras de una de las residentes de la comunidad.
Según explicaron, el cementerio se erigió en medio del pueblo, y las personas continuaron construyendo sus casas a escasos metros de él.
Los pobladores transitan sobre las tumbas, los niños juegan a su alrededor y otros, como don Arístides, solo necesitan dar unos pocos pasos para visitar a sus difuntos.
«Nos pega tanta nostalgia verlos ahí», expresó otra de las ciudadanas, quien, al abrir la puerta, contempla las tumbas de sus familiares.
Aunque el cementerio fue clausurado hace más de diez años, aún hay personas que van a enterrar a sus seres queridos.