Los empresarios hondureños se quejan por los constantes apagones que tienen tirada la economía en la zona norte del país, reduciendo la productividad y agobiando a los ciudadanos.
Es que la sequía impide que los embalses hidroeléctricos estén a su nivel, mientras el gobierno no sabe qué hacer para resolver este problema que se acrecienta con la crisis financiera de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE).
Los frecuentes cortes de energía provocan pérdidas superiores al millón de dólares diarios, mientras los representantes de la empresa privada hacen un llamado agónico al gobierno, éste no encuentra una alternativa que ayude a paliar la situación.
De acuerdo con cifras oficiales, el año pasado hubo, en promedio, 24 apagones diarios (8,859 en todo el año), cuando en 2021 fueron 8,561. Este año se habla hasta de 100 por día.
El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Cortés, Eduardo Facussé, dijo que la falta de energía está matando la productividad porque las empresas locales tratan de sortear esta complicación, mientras los inversionistas evalúan la conveniencia o no de continuar operando.
San Pedro Sula es una de las ciudades más afectadas por los apagones. Ahí los empresarios están hartos de estar sin luz, de quejarse porque no sirve de algo y de las pérdidas.
La Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), provee el 61% de la energía que se consume en Honduras, pero la escasez de lluvias y una sobredemanda provocada por los aires acondicionados (el calor es infernal en esta época en gran parte del territorio) tienen maniatadas a la institución.
Debido a que los principales generadores son hidroeléctricos y no hay caudal que mueva las turbinas, están recurriendo a la carísima y contaminante alternativa de usar búnker, un derivado del petróleo, una opción que en otros países de la región ha dejado de usarse, al menos constantemente.
El responsable de la Comisión Reguladora de la Energía Eléctrica (CREE), Virgilio Padilla, planteó recientemente la alternativa de comprar energía a México, para compensar el déficit.
“Hay que tratarlo con Guatemala que tiene el paso para permitir la venta de energía. Hay que tomar medidas urgentes y creo que esa podría ser la solución si el esfuerzo diplomático de Honduras logra ese cometido”.
El ciudadano con la luz apagada
Ahora muchos hondureños han recurrido a las hornillas de gas queroseno, principalmente en los estratos socioeconómicos más bajos.
Entre enero y marzo de este año, el Estado invirtió $23.2 millones para comprar queroseno.
“Es terriblemente problemático lo que sucede, debido a que las empresas se paran, se arruina el producto y la materia prima”, dijo el gerente de Política Económica del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Santiago Herrera.
¿Qué la provocó?
Las crisis energéticas son cosas que vienen desde hace años. Entre 1994 y 1996 el país vivió una de las más graves cuando el embalse El Cajón, el más importante del país, prácticamente se agotó.
Hace casi una década ocurrió prácticamente lo mismo. Las 7 centrales hidroeléctricas del país estuvieron en niveles por debajo de lo requerido tras una prolongada sequía, lo que obligó a racionamientos de 4 horas por día. Todas estas generadoras son propiedad de la ENEE.
La Asociación por una Sociedad más Justa (ASJ) Honduras señala que “en las últimas décadas, algunos políticos y empresarios han influido en la gestión de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) en formas que no han permitido un funcionamiento eficiente.
El subsector eléctrico de Honduras muestra fuertes debilidades en distribución al no poder controlar las pérdidas y asegurar la recolección oportuna del pago por el servicio.
La expansión de la cobertura ha sido lenta y limitada y la calidad del servicio no se ha asegurado.
Así mismo, existen grandes necesidades de suministro. El desempeño del subsector eléctrico en los últimos años se ha convertido en una limitante para potenciar el desarrollo económico y la estabilidad fiscal en el país”.
Esta habla de altas pérdidas principalmente por inoperancia de cobros, lo que impide que la ENEE tenga los fondos suficientes para costear su operación.
Además, reporta vicios en la compra de generadores energéticos, como a la Empresa Energía Honduras (EEH), un asoció público privado al que en 2022 el Estado le pagó casi $144 millones, algo que no dio los resultados esperados, por lo que fue intervenido.
Otro problema es el costo del kilovatio, el más caro de la región.
Un informe de la ASJ y Transparencia Internacional -capítulo Honduras- reportó que en el primer semestre de 2022 el déficit de la estatal eléctrica era de $2,244 millones (55,155 millones de lempiras), equivalente a 2.5 veces más que el valor total de su propiedad, incluyendo plantas y equipos.
En los últimos años la inversión estatal para la ENEE ha sido más alta que la destinada para educación, salud o seguridad.
La mora de clientes para la ENEE creció en el último quinquenio a $287 millones, lo que da una idea de la fuga de plata de la autónoma (unos 7,000 millones de lempiras).
Y así pasan los días los hondureños, preocupados porque están seguros que hoy, igual que ayer y seguramente mañana, tendrán otro apagón.
Ente regional desmiente a Honduras
El Ente Operador Regional (EOR), responsable del sistema de interconexión eléctrica en Centroamérica, desmintió a Honduras que la víspera anunció que la crisis del sector que vive el país no ha podido ser solventada en parte porque no hay megavatios disponibles en la región.
El EOR, por medio de un comunicado, dijo que la Red de Transmisión Regional y las transacciones en el Mercado Eléctrico Regional “se encuentran funcionando con normalidad y que al momento, no se ha presentado ninguna limitación o restricción operativa que afecte la importación y exportación de energía entre los países miembros”.
Erick Tejada, secretario de Estado en el despacho de energía dijo que en la región no hay disponible energía para comprarla porque la está acaparando Costa Rica y Panamá a “precios exorbitantes”.
Esto, sostuvo, complica a toda la región y dio a entender que el déficit energético no es exclusivo de Honduras.
Pero el Ente Operador Regional explica que la compra y venta energética se desarrolla mediante programaciones de intercambios que pueden aprovecharse en momentos de escasez, como el que afronta desde hace años Honduras y que el Estado ha sido incapaz de solventar.