Una vez finalizada las dos semanas de audiencias públicas de la Ley de Justicia Tributaria que llevó a cabo la Comisión Especial del Congreso del Pueblo, con el acompañamiento del Servicio de Administración de Rentas (SAR), su director, Marlon Ochoa, manifestó que estas concluyeron con pie derecho, ya que se recibieron comentarios de más de 20 sectores distintos de la sociedad en la que han expresado un respaldo mayoritario a la Ley.
Ochoa resaltó que en las audiencias públicas se recibió al Fosdeh, Cespad, las Cámaras de Comercio, las cooperativas, el sector café, empresarios y demás instituciones.
En cada una de las audiencias, los invitados tuvieron la libertad de expresar ampliamente sus observaciones, comentarios, recomendaciones y hasta su desacuerdo con el proyecto de ley, a los que todos se les dará las respectivas consideraciones por parte de la comisión de dictamen,
Según lo expresado por el titular de la SAR, en este amplio proceso de diálogo que se ha tenido con cada una de las asociaciones han surgido dos grandes acuerdos.
Para el titular de la SAR, Marlon Ochoa, el ambiente que ha surgido tras estas jornadas extensas de trabajo, es un momento propicio para que las modificaciones que se le harán a la Ley no debiliten la posibilidad de combatir la corrupción que se plantea en la misma.
Ley de Justicia Tributaria será un proyecto que transforme la economía del país
Según lo expresado por el titular de la SAR, en este amplio proceso de diálogo que se ha tenido con cada una de las asociaciones han surgido dos grandes acuerdos:
El primero es que, el Sistema Tributario de Honduras debe cambiar, “este no funciona para el beneficio de las mayorías, es inequitativo y promueve más la desigualdad”, denunció Ochoa.
El segundo, encaminado en que las prácticas que ocurrieron en el pasado, en corrupción y abusos, deben detenerse y controlarse, expuso Ochoa.
Ochoa, concluyo que, el actual sistema tributario necesita modificaciones en materia monetaria, fiscal, en la dimensión del gasto y también en materia crediticia, y que, con la aprobación de la Ley de Justicia Tributaria, sería el primer paso que se lograría transformaciones radicales y en corrupción.