En las afueras del viejo hospital Escuela, hay una carpa donde reciben a pacientes con sospecha de COVID 19. Ahí se esperan, la mayoría ancianos, para poder ser ingresados, en caso de ser graves o enviados a sus casas.
Las pruebas no se dan de inmediato, más de alguno ya murió de COVID 19 esperando los resultados para ser medicado.
Entre tanto, dentro del hospital, donde ya despidieron a su director por decir la verdad, de las condiciones del hospital, impera la precariedad, camas rotas, sin respiradores, áreas de servicio UCI colapsadas, que ya estaban así desde hace mucho tiempo.
Y mientras esto ocurre, el gobierno apela a un protocolo Maiz y Catracho que ha sido señalado de no tener buenos resultados si es automedicado por los pacientes.
Miles de casos, muchas muertes, cientos de preguntas y miles de millones de lempiras flotando o ya en las cuentas personales de algún funcionario público, que luego saldrá a decir que es positivo por Covid y que ya se curó con MAIZ