Existe también otra posibilidad que es repetida por algunos sectores de la derecha y también de la izquierda: la renuncia de Boluarte.
Desde que comenzó la crisis el pasado 7 de diciembre con el intento de golpe de Estado por parte de Pedro Castillo, gran parte de la opinión pública ha reclamado un adelanto de elecciones que pueda iniciar un nuevo periodo en el Perú.
La actual presidenta Dina Boluarte ha insistido en varias ocasiones que el Congreso debe determinar lo antes posible una fecha, pese a que en una primera votación se había apuntado a abril de 2024, algo que debía ser confirmado en una segunda votación.
Sin embargo, lo que intentó el Legislativo es adelantar aún más esa fecha como respuesta a las numerosas marchas -muchas de ellas violentas impulsadas por la extrema izquierda- que han dejado más de 50 muertos en diversas zonas del país.
Esta última semana era la señalada para que el Legislativo diera ese paso, pero día tras día, y después de horas de debates en el pleno y en la comisión de Constitución, la población ha visto como el acuerdo entre diversos grupos parlamentarios estaba lejos de concretarse.
Mientras algunos de la derecha más conservadora se niegan a un adelanto electoral e insisten en que su mandato debe concluir en 2026, la extrema izquierda acepta un adelanto electoral siempre que se contemple una Asamblea Constituyente, una de las principales promesas que el golpista Castillo hizo en su campaña electoral, y cuya posibilidad ha sido rechazada por gran parte de las agrupaciones políticas.
Incluso algunos apuntan a «elecciones complementarias», tanto de presidente como de congresistas que solo tendrían el encargo de cumplir con el periodo iniciado en 2021 y que debe concluir el julio de 2026. Es decir, todo un proceso electoral para apenas dos años y medio.
Ante la posibilidad de que el Congreso no sacara adelante esta situación, Boluarte dijo en un mensaje televisado que su Gobierno enviaría de inmediato dos proyectos para que esos comicios se celebren en 2023 y, además, se proceda a la reforma total de la actual Constitución peruana.
Ante el fracaso de las propuestas legislativas, estos proyectos fueron discutidos en la Comisión de Constitución, pero posteriormente archivados al no lograr los votos necesarios.
Existe también otra posibilidad que es repetida por algunos sectores de la derecha y también de la izquierda: la renuncia de Boluarte.
Aunque ella ha negado esa posibilidad, por sucesión constitucional, el que recibiría la jefatura del Estado sería el actual presidente del Congreso, José Williams, que se vería obligado a la convocatoria inmediata de elecciones en un breve plazo.
Sin embargo, esto podría traer un grave peligro: que algunos sectores del Congreso fuercen un cambio de la Mesa Directiva y coloquen a un representante de la izquierda radical al frente.
En ese caso, nadie podría asegurar la celebración de los comicios.
Muchos sectores ya han mostrado su posición respecto a esta situación.
El cardenal Pedro Barreto dijo en la radio Exitosa que «nos duele en el alma que hayan archivado esta propuesta de adelanto de elecciones porque el pueblo está gritando y clamando desde hace mucho tiempo por un adelanto de elecciones».
El hecho es que por el momento el Perú se ha visto entrampado en estas disputas entre diversas bancadas, mientras algunas zonas del sur del país comienzan a vivir una grave crisis económica ante las constantes marchas y bloqueo de carreteras que impiden la llegada de alimentos a las diferentes ciudades.
