La ciudad de París no quiere vender el Parque de los Príncipes al PSG, lo que aumenta la tensión con el club de fútbol.
El estadio pertenece a la ciudad, pero los directivos del PSG quieren comprarlo, con una negativa que incrementa un divorcio de consecuencias negativas para ambos.
La difícil relación se agrietó más cuando la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, afirmó que «el Parque de los Príncipes no está a la venta».
El Paris Saint-Germain consideró «decepcionante» la posición de la alcaldesa, con la que «todo el mundo sale perdiendo», según dijo en un comunicado de respuesta.
Añadió que el PSG «se ve obligado a encontrar opciones alternativas para relocalizar el club, lo que priva a París de una gran inversión».
El club ha propuesto al Ayuntamiento comprar el estadio para una remodelación que lleve su actual aforo de casi 48.000 espectadores al entorno de 57.000-60.000.
Los diez primeros clubes europeos en términos de ingresos tienen estadios con un aforo medio de 63.000 asientos, según el diario económico Les Echos.
Sin embargo, tras varios contactos infructuosos el Ayuntamiento y el club han llegado a un aparente callejón sin salida.
Se ha filtrado que el club de propiedad catarí habría ofrecido únicamente 40 millones de euros por la compra, algo que la alcaldía considera ínfimo.
El valor del estadio oscilaría entre 250 y 300 millones de euros, según varias estimaciones, incluyendo una de los servicios administrativos del propio Ayuntamiento.
Y desde el PSG se insiste en que harían falta unos 500 millones de euros para aumentar la capacidad del estadio y modernizarlo.
Hidalgo dijo que están dispuestos a acompañar al PSG para modernizar el estadio, pero recordó que no se puede excavar para construir mayores cimientos.
El PSG utiliza el estadio desde 1974, por el que paga un millón de euros fijos anuales.
Si quedarse en el Parque le supone problemas tampoco le puede resultar fácil marcharse, ante lo complicado de poder encontrar una alternativa viable.
La primera opción sería mudarse al Estadio de Francia, en la vecina Saint Denis, gracias a su aforo de 80.000 personas.
Sin embargo, ese estadio es propiedad del Estado francés y es la sede de los encuentros de las selecciones nacionales de fútbol y rugby.
Además de que acoge conciertos y otras actividades, por lo que el PSG se vería obligado a respetar las necesidades del dueño de la instalación.
Otra posibilidad es que PSG construya un nuevo estadio propio en las afueras de París, pero los cálculos de la prensa francesa apuntan a que eso le costaría la friolera de entre 500 y 1.000 millones de euros.
Se trata de una inversión ahora mismo impensable, ya que el PSG está construyendo una nueva y enorme ciudad deportiva en la cercana localidad de Poissy (300 millones de euros) y por otra parte afronta quejas de clubes y ligas europeas ante la UEFA por su presunto no respeto a las normas de control financiero.
Además, la construcción de un nuevo estadio necesitaría al menos cuatro años, sin contar con el período de concepción, diseño y permisos administrativos, recuerda hoy Le Parisien.
Este diario se pregunta también hoy qué pasaría si, pese a todo, el PSG deja el estadio que ha sido su hogar desde 1974 y que está ligado a casi toda su historia, ya que fue fundado en 1970, para desplazarse a las afueras de la capital.
La marcha del PSG sería también complicada para la ciudad de París, ya que aparte del alquiler que recibe del PSG por el Parque, tendría que hacerse cargo del mantenimiento de un estadio sin utilizar, con un coste potencialmente importante.