Fueron acusados por diferentes delitos, pero la mayoría de las detenciones responden a las leyes represivas del régimen
Nicaragua volvió a vivir la zozobra. El régimen de Daniel Ortega ejecutó una ‘noche de cacería’ contra sus opositores en Nicaragua.
La medida arbitraria consistió en el traslado masivo de entre 25 y 40 personas de todas partes del país con el fin de procesarlos.
Las acusaciones son menoscabo a la soberanía nacional y propagación de noticias falsas, dos de las principales leyes represivas aplicadas en Nicaragua.
La mayoría de detenidos fueron trasladados nuevamente a sus casas luego de ser acusados masivamente ante un juez.
Las autoridades los obligaron a firmar la acusación y a comprometerse a presentarse todos los días a una delegación o juzgado local.
Fueron acusados por diferentes delitos, pero la mayoría responden a las leyes represivas del régimen.
A todos les impusieron un abogado de oficio, y posteriormente el juez les impuso una medida alternativa a la prisión preventiva de presentación periódica.
Estas detenciones masivas son una nueva modalidad del régimen de Ortega y Murillo, que ha ajustado la represión hacia nuevos límites.
Mayor control social
Una fuente que monitorea las detenciones políticas en Nicaragua, explicó que la acción refleja el control que mantiene el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Mientras en otras partes del mundo se conmemoraba el Día Mundial de la Libertad de Prensa, el régimen detuvo al periodista William Aragón.
Los policías lo despojaron de su computadora y de todos sus equipos electrónicos.
Las detenciones nocturnas fueron las mayores ocurridas en lo que va del año.
A pesar de que el régimen sacó de las cárceles y desterró a 222 presos políticos el 9 de febrero pasado, 36 personas consideradas como reos políticos permanecen encarcelados en el país.