Más de 40 fallecidos durante ayuno de secta en Kenia

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Un pastor de una secta pidió a los miembros de su congregación ayunar hasta la muerte «para conocer a Jesús».

Parece insólito, pero es real. Las autoridades kenianas han reportado más de 40 personas fallecidas, durante el ayuno que realiza una secta religiosa.

De acuerdo con los informes dados a conocer por los funcionarios de ese país, un pastor pidió a los miembros de su congregación ayunar hasta la muerte «para conocer a Jesús».

Las autoridades han conseguido recuperar hasta ahora 39 cuerpos sin vida, pero han informado que 43 personas murieron de inanición tras seguir las indicaciones del pastor de la Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas.

Las autoridades han encontrado 47 cuerpos sin vida, entre ellos varios niños, hasta la tarde de este domingo en los terrenos de un pastor en la costa de Kenia, que fue detenido por pedir a sus seguidores que ayunaran hasta morir.

Aún quedan más tumbas poco profundas por excavar en los terrenos de Paul Makenzi, arrestado el 14 de abril por vinculación con prácticas sectarias, según el jefe de policía del subcondado Malindi, John Kemboi.

Los creyentes pertenecían a una secta llamada la Iglesia Internacional Buenas Nuevas, cuyo líder supuestamente habría renombrado las aldeas del área como Belén, Nazaret y Judea.

La policía ha pedido a una corte que le permita retener más tiempo a Makenzi mientras prosiguen las pesquisas sobre las muertes de sus seguidores.

Un aviso ciudadano llevó a la policía hasta la propiedad del pastor en Malindi, donde encontraron a 15 personas demacradas, incluidas las cuatro que fallecieron después. Los seguidores dijeron que estaban ayunando según las instrucciones del pastor «para conocer a Jesús».

El líder de la secta había sido detenido anteriormente.

La policía había sido informada de docenas de tumbas poco profundas en los terrenos y comenzó a excavar el viernes.

Makenzi ha estado en huelga de hambre los últimos cuatro días durante su detención.

El líder de la secta había sido detenido en dos ocasiones antes, en 2019 y en marzo de este año, en relación a la muerte de menores. En ambas ocasiones salió libre bajo fianza y los dos casos siguen tramitándose en los tribunales.

Políticos locales instaron a la corte a no liberarle en esta ocasión y lamentaron la propagación de sectas en la zona de Malindi.

Las sectas son habituales en Kenia, que tiene una sociedad mayoritariamente religiosa.


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