Las elecciones generales pueden ser la solución al conflicto social y político que se ocasionó tras la destitución del expresidente Castillo. (Imagen de Alex Phillc en Pixabay)
La presidenta de Perú, Dina Boluarte señaló que buscará acortar los plazos para realizar las elecciones generales. Pide que se realicen el cuarto mes del próximo año.
Es claro que cualquier solución a la crisis política y social de Perú pasa por el adelanto de los comicios generales.
El gobierno de Boluarte se encuentra acorralado ante las protestas de los simpatizantes del expresidente Castillo.
Es por eso que el Poder Ejecutivo de ese país presentó un proyecto de ley para que los comicios presidenciales y legislativos se celebren en abril del 2024.
Pese a esto, los protestantes no dan tregua —y las muertes, que incluyen a menores de edad— han puesto contra la pared a Boluarte.
En ese contexto, ayer, la presidenta anunció que se reunirá con la Comisión de Constitución del Congreso para ver la posibilidad de “acortar los plazos” de las elecciones.
No lo especificó, pero dio a entender que buscaría la forma de que se celebren en el transcurso del 2023.
“He dicho que vamos a adelantar las elecciones. Si bien es cierto conforme al cronograma —que no lo manejo yo, lo maneja el Congreso”, expresó la mandataria.
Anteriormente se dijo que hasta 2024, pero la presidenta busca reunirse con la Comisión de Constitución para que con ellos acorten los plazos.
Este gobierno será de transición para llamar a la calma, al diálogo y trabajar juntos”, dijo la mandataria, luego de visitar a una menor afectada por las protestas en Apurímac.
El asunto está en cómo lograr recortar los plazos. La respuesta está en la convocatoria. Mientras más rápido se produzca esta, más pronto empezará a correr el cronograma.
De acuerdo con la ley, las elecciones se convocan con 270 días de anticipación.
Una opción es que en esta legislatura que culmina mañana jueves, se apruebe el proyecto de recorte del mandato. Y luego, que la segunda votación sea a inicios de 2023.
Todo por el momento es confuso y no está claro cuál sería la mejor salida.
Esperar hasta el 2024 parece ser contradictorio porque la gente en las calles pide una renovación de autoridades.
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