La sociedad estadounidense aún sigue conmocionada por la muerte de Tyre Nichols, el hombre al que cinco policías de Memphis (Tennessee) detuvieron por una infracción de tráfico y propinaron una paliza mortal.
Sin embargo, ahora ha ocurrido otro suceso que no ha hecho más que aumentar la conmoción, la rabia, la indignación: la policía de Huntington Park (una ciudad al sur de Los Ángeles, California) ha matado a tiros a Anthony Lowe, un hombre negro de 36 años y que estaba en silla de ruedas.
El asesinato, como está calificando al incidente la ciudadanía californiana, tuvo lugar cerca de las cuatro de la tarde del pasado jueves 26 de enero, según informó el Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles en un comunicado.
A esa hora, un coche de policía acudió al 2400 de Slauson Avenue, en Huntington Park, por el aviso de un apuñalamiento en la zona. Allí encontraron a la víctima, quien les dijo que buscasen calle abajo a un hombre negro en silla de ruedas como responsable del ataque.
En el 1900 de Slauson Avenue encontraron al sospechoso que encajaba en la descripción.
El hombre era Anthony Lowe, tenía las dos piernas amputadas, estaba en silla de ruedas e iba con un cuchillo de cocina al lado. Los dos agentes lo acorralaron apuntándole con las pistolas.
Lowe se bajó de la silla e intentó huir, moviéndose con gran dificultad, y siendo seguido a poca distancia por los agentes.
Fue en ese momento cuando llegaron otros dos furgones todoterreno de refuerzo.
Los agentes abrieron fuego a escasos dos metros de Lowe: en total dispararon alrededor de 10 veces.
Lowe, que tenía dos hijos y cuyas piernas había perdido en otro altercado con la policía, murió en el acto.
A las quejas de la familia de Lowe, devastada, quienes aseguraron que se trataba de un ejemplo más de violencia policial mortal, se ha unido la aparición en Twitter de un vídeo dos días después donde se puede ver todo el suceso.
La denuncia de la familia
Las mañanas de los domingos eran sagradas para la familia de Lowe: la NFL —Liga Nacional de Fútbol Americano— cumplía con el primer mandato por el que existen los deportes y era la excusa para propiciar una reunión ineludible en casa de Dorothy Lowe, de 53 años, matriarca de la familia.
Allí los Lowe, aficionados a los San Francisco 49ers, veían los partidos para exfoliarse de los sinsabores del resto de la semana.
Este domingo, sin embargo, fue el primero que Dorothy Lowe vio el sillón donde siempre se sentaba su hijo Anthony vacío.
Qué más da ya lo que pase, si los 49ers ganan a los Philadelphia Eagles o si el joven quarterback Brock Purdy vuelve a otra actuación estelar.
Lo único de lo que rumiaba en sus cabezas era el vídeo donde se veía el asesinato de Anthony, y la sensación de que tenían que hacer algo con eso.
Así, Dorothy Lowe se decidió a dar una conferencia de prensa: «Asesinaron a mi hijo, en una silla de ruedas y sin piernas.
Tienen que hacer algo al respecto», dijo, casi como un ruego. A su lado, una de las niñas adolescentes de Lowe portaba un cartel pidiendo justicia para su padre: «Si no hay justicia, no habrá paz».
«Este es el primer domingo en el que no está viendo el partido con nosotros, que es lo que más le gusta hacer. Él es la vida de la familia, trae felicidad, alegría, le encanta bailar. Es un hombre respetable que ama a su madre. Además, es el tío favorito de todos sus sobrinos: los niños lo adoran», dijo su hermana Yatoya Toy, así, en presente, como si no pudiese haber pasado hasta que se haga justicia.
[Los policías de Memphis se turnaron para golpear a Tyre Nichols mientras le rociaban spray pimienta]
La unidad de homicidios del Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles está investigando el tiroteo, según fuentes oficiales. No obstante, la versión de la familia de Lowe contradice a la de las autoridades.
«Un detective estuvo el sábado en casa, entrevistándonos. Nuestra respuesta fue acribillarlo a preguntas, pero sus respuestas fueron vagas y para nada convincentes», explicó su otra hermana Tatiana Jackson. «¿Tan amenazante era un discapacitado sin piernas con un cuchillo como para que varios agentes necesitaran dispararlo?», se pregunta su madre.
Comunicado de la policía
La muerte de Anthony Lowe llega en un momento donde, por fin, y tras terribles muertes de ciudadanos —principalmente negros— a manos de la policía, Estados Unidos está sometiendo a escrutinio la brutalidad y los excesos violentos de la policía.
Sin ir más lejos, la muerte de Tire Nichols, de 29 años, agitó el debate público y la movilización.
El lunes 30 de enero, quizá como respuesta al alzamiento de voz por parte de la familia del fallecido y el temor a una inminente reacción nacional, el Departamento de Policía de Huntington Park sacaba un comunicado donde presentaba a Lowe como una persona violenta a la que los agentes prácticamente no tuvieron más remedio que disparar, en defensa propia.
El comunicado informa de que la persona apuñalada supuestamente por Lowe se encuentra «en el hospital, en estado crítico» y dice lo siguiente:
Los agentes intentaron detener al sospechoso, que se armó con un cuchillo de carnicero de 12 pulgadas.
El sospechoso ignoró las órdenes verbales de los agentes y amenazó con avanzar o lanzar el cuchillo a los agentes. Los agentes utilizaron dos pistolas Taser para tratar de reducir al sospechoso, pero las pistolas no funcionaron (…).
El sospechoso siguió amenazando a los agentes con el cuchillo de carnicero, lo que dio lugar a un tiroteo con intervención de agentes.
El sospechoso resultó herido de muerte y fue declarado fallecido en el lugar de los hechos por los paramédicos del Departamento de Bomberos del Condado de Los Ángeles (…).
En cuanto al procedimiento, los agentes implicados fueron puestos en situación de baja administrativa retribuida a la espera de las investigaciones de la policía del Departamento de Policía de Huntington Park, el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles y la Oficina de Homicidios de Los Ángeles (…).
Estas explicaciones no han convencido a la familia, quien ve una clara contradicción entre el mensaje que se quiere lanzar y las imágenes del vídeo.
Más aún después de que la policía haya rechazado mostrar públicamente las imágenes adicionales procedentes de cámaras de vigilancia cercanas.
«Algo no está bien en esta situación», dijo su hermana Jackson. «Mi hija tiene 4 años y lo adora. Me va a romper el corazón hacérselo saber. Ella no entiende. Ella lo estaba buscando, como ‘¿se está escondiendo de mí?’. No me atrevo a decirle que nunca más volverá».
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