Los sindicatos ver.di y EVG han convocado una huelga de 24 horas en el transporte ferroviario a partir de las 0.00 horas del lunes que amenaza con paralizar el país.
«Se producirán graves retrasos e incluso la paralización de los servicios de transporte en toda Alemania», han informado en un comunicado conjunto.
Con estas acciones, aumenta la presión de cara a la tercera ronda de negociaciones con el Gobierno federal y las autoridades locales, que comienza el mismo lunes.
Ver.di extiende el paro a todos los aeropuertos alemanes, excepto el de Berlín, y al transporte público de los estados federados de Hesse, Renania del Norte-Westfalia, Baden-Wurtemberg, Sajonia, Baja Sajonia, Renania-Palatinado y Baviera.
Según los sindicatos, las huelgas en los aeropuertos tienen lugar, en relación a las negociaciones de los trabajadores de los servicios públicos y a las negociaciones del personal asistente en tierra, así como a las negociaciones a escala nacional de los trabajadores de seguridad.
La asociación aeroportuaria alemana ADV consideró que «alrededor de 380.000 viajeros de negocios y particulares» se verán afectados, según ha informado la Agencia de la Agencia Alemana de Prensa (DPA).
Israel: huelga general, militares en rebeldía y calles en llamas
En las últimas doce semanas, muchos israelíes se han plantado y están demostrando en las calles su oposición a la reforma judicial que emprende el Gobierno de Benjamin Netanyahu.
Primero salió a manifestarse un público general más o menos informe; poco después, las marchas se sectorizaron (los médicos, el sector high tech, los abogados, las mujeres de rojo).
Pero el verdadero problema para el Gobierno ha llegado en los últimos días, cuando se han sumado militares y personal de los servicios de seguridad, la piedra angular del sionismo, que argumentan que se ha roto el contrato personal que tenían con el Estado.
El ministro de Defensa hasta hace unas pocas horas, Yoav Gallant, comenzó a advertir al primer ministro la semana pasada que la quiebra social ya estaba alcanzando a unidades de reservistas del Ejército.
Finalmente, el sábado por la noche, mientras Netanyahu estaba en Londres y más de 600.000 israelíes se manifestaban en las calles, Gallant llamó a paralizar la reforma.
«La creciente brecha en nuestra sociedad está penetrando en el Ejército y las agencias de seguridad. Esto plantea una amenaza clara, inmediata y tangible a la seguridad del Estado. No contribuiré a que esto suceda”, sentenció.
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