El acto contará con la aplicación de máximo rigor de la Ley de Orden Público y con la participación de los representantes de más de 30 países.
Carlos III prometió una Coronación «reducida» y sobria, acorde con los tiempos de crisis que corren y como reflejo de la modernización de la monarquía.
La celebración del 6 de mayo será sin embargo el mayor despliegue de uniformes desde el funeral de Churchill en 1965.
Aunque no hay un presupuesto oficial para la Coronación, el coste estimado está entre 50 y 100 millones de libras (56 y 114 milones de euros).
Un total de 11.500 policías velarán por la seguridad de un evento en el que desfilarán más de 7.000 militares en sus mejores galas.
Pero al final, la única «reducción» con respecto a la Coronación de Isabel II será el número de invitados (2.200 en vez de 8.000).
Por lo demás, cualquiera diría que la consigna ha sido superar incluso el despliegue de pompa y circunstancia del funeral de Isabel II.
El maestro de ceremonias será el mismo que dirigió el funeral: Edward Fitzalan Howard, duque de Norfolk, cuya familia lleva heredando las funciones desde 1672.
Scotland Yard ha puesto en marcha la Operación Orbe Dorado, con un despliegue de 11.500 policías, aún mayor que el funeral de Isabel II.
Por primera vez, la policía londinense usará la tecnología de «reconocimiento facial» para identificar a sospechosos entre la multitud.
El 70% de los británicos reconocen que no se sumarán esta vez y el 40% aseguran que no piensan ver la ceremonia en la televisión.
