El desplome de una gigantesca valla publicitaria sobre una gasolinera en la ciudad de Bombay, en la India, ha dejado 14 fallecidos hasta ahora, mientras los equipos de rescate continúan tratando de retirar los escombros.
«En total fueron rescatadas 88 personas, de las cuales 14 fueron declaradas muertas por los médicos y 31 fueron dadas de alta», dijo el subcomandante de la Fuerza Nacional de Respuesta a Desastres (NDRF), Nikhil Mudholkar, a la agencia india ANI.
El incidente tuvo lugar el lunes, cuando un cartel de unos 30 metros de altura ubicado en el suburbio de Ghatkopar fue arrancado de cuajo por una tormenta de viento y cayó sobre un surtidor de gasolina, atrapando a decenas de personas.
Al menos 64 personas fueron ingresadas en el hospital, dijo anoche a los medios el comisionado de la Corporación Municipal Brihanmumbai (BMC, en inglés), Bhushan Gagrani.
Las operaciones de rescate siguen en marcha este martes, donde el cartel continúa desplomado junto a la gasolinera, mientras varias grúas y excavadoras intentan retirar los escombros, revelan imágenes de televisión.
Según Mudholkar, las operaciones se están viendo ralentizadas debido a que no pueden emplear sus herramientas habituales por la presencia de los surtidores de gasolina, que suponen un peligro.
La Policía ha registrado un caso contra el propietario de la empresa encargada del cartel, mientras recaban información para conocer la causa del accidente, dijo a los medios el Comisionado de Policía de Bombay, Vivek Phansalkar.
Además, el jefe de Gobierno del estado de Maharashtra, Eknath Shinde, ordenó anoche «a las autoridades que realicen una auditoría de todos estos carteles» en la ciudad, según afirmó a los medios desde el lugar del accidente.
Bombay experimentó ayer una fuerte tormenta de viento y polvo. Imágenes compartidas en redes sociales muestran el momento en el que los hierros que sujetan la valla publicitaria ceden ante la fuerza del viento y cae sobre la gasolinera y varias filas de vehículos que se encontraban detrás.
La tormenta propició cortes de energía por toda la ciudad, paralizó el transporte público, y obligó al aeropuerto de Bombay a cancelar varios vuelos.