Brasilia con rastros de destrucción tras los ataques bolsonaristas

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Mientras las fuerzas del orden bloquean pasos a campamentos de vándalos. Brasilia con rastros de destrucción tras los ataques bolsonaristas.

Brasilia llegó al lunes con el orden público bajo control, pero con rastros de destrucción en varias áreas del centro del poder de Brasilia.

Esto tras el violento asalto del domingo de miles de bolsonaristas contra las sedes de los tres poderes.

«La situación en Brasilia está controlada», afirmó en redes sociales el interventor federal en el Distrito Federal, Ricardo Cappelli.

Este funcionario será responsable por la seguridad en la capital brasileña al menos hasta el 31 de enero.

Se reinician operaciones para encontrar a responsables

Según el interventor, las fuerzas policiales de Brasilia reiniciaron las operaciones para identificar a los responsables por los actos de vandalismo.

«Ya estamos en campo nuevamente. Los criminales seguirán siendo identificados y sancionados. No permitiremos la continuidad de concentraciones que funcionen como incubadoras de planos contra el Estado Democrático de Derecho», ha señalado Capelli.

Desmantelado el campamento desde el que se lanzó el ataque

Una de las primeras acciones de la policía ha sido el desmantelamiento del campamento bolsonarista.

Esta facción política instaló el campamento frente al cuartel general del Ejército para presionar por un golpe militar que impidiera el regreso de Lula.

Agentes de seguridad bloquean accesos a campamento

Agentes de seguridad bloquearon los accesos al campamento a primera hora para impedir la llegada de más manifestantes y ordenaron el desalojo pacífico de los que permanecían en el lugar.

El cerco surtió rápidamente efecto. Los cientos de seguidores de bolsonaristas radicales comenzaron a recoger sus pertenencias y abandonaron el lugar en autobuses.

El desalojo pacífico se produjo luego de que el magistrado Alexandre de Moraes ordenara desmantelar todos los campamentos montados por bolsonaristas.

Moraes ordenó también que los ocupantes de los campamentos que participaron en los ataques «sean detenidos en flagrante por la práctica de diferentes crímenes».

Además, el juez ha dado instrucciones para liberar cualquier tipo de vía o edificio público ocupado por partidarios del expresidente Jair Bolsonaro en todo el país.

Un escenario de destrucción

El escenario era de destrucción, con pedazos del piso removidos, hierros retorcidos, basuras esparcidas por todas partes y hasta cápsulas de gases lacrimógenos.

Los rastros de destrucción se extendían por varios de los jardines de la Explanada de los Ministerios, la amplia avenida en la que están ubicadas las sedes de los ministerios y que culmina en la Plaza de los Tres Poderes.

Dentro de las edificaciones igualmente quedaron los rastros del violento ataque, con cientos de ventanales quebrados, sillas arrancadas, equipos destruidos y obras de arte damnificadas.

Las fuerzas de seguridad ya recuperaron este domingo el control de las sedes del Congreso, la Presidencia y la Corte Suprema de Brasil.

Agentes antidisturbios cargaron contra los manifestantes golpistas con gases lacrimógenos y establecieron un perímetro alrededor de la plaza de los Tres Poderes.

Fueron alrededor de cuatro horas y media durante las cuales los manifestantes bolsonaristas camparon con libertad por esas instalaciones, generando destrozos en el interior.

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