El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dicho a sus socios del G-7 y de la OTAN que la explosión de un misil en el este de Polonia fue causada por un misil de defensa aérea ucraniano.
Biden había puesto en duda la posibilidad de que el misil que impactó este martes sobre Polonia, en un región rural fronteriza con Ucrania, fuera lanzado desde Rusia.
«Hay información preliminar que contradice eso», dijo en un encuentro con periodistas tras un encuentro con los líderes del G20 en Bali, donde discutieron el bombardeo de Rusia contra Ucrania y el incidente en territorio polaco.
«No quiero decirla hasta que lo hayamos investigado por completo. Pero es improbable, por la trayectoria, que fuera lanzado por Rusia. Veremos».
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Sobre la posibilidad de que Polonia invoque el artículo 4 o 5 de la carta de la OTAN, que establece la reacción de la alianza militar frente a un ataque a un país miembro, el presidente de EE.UU. aseguró que «el consenso es que haya una reunión de los embajadores», al respecto.
Biden también dijo que, tras hablar con los líderes del G20, con su homólogo polaco -Andrzej Duda- y con el secretario general de la OTAN -Jens Stoltenberg-, habían decidido «apoyar» la investigación de Polonia del incidente. «Me aseguraré de que descubriremos qué pasó con exactitud», añadió.
El presidente aprovechó para criticar la «inconcebible» lluvia de misiles que Rusia lanzó esa jornada contra Ucrania, unos ataques que «continúan con la brutalidad y falta de humanidad que han demostrado durante toda la guerra contra las ciudades ucranianas y contra sus infraestructuras civiles».
«En un momento en el que el mundo se junta en el G20 para exigir una desescalada, Rusia elige continuar con la escalada de sus ataques», lamentó.
Albares: «La unidad es más necesaria que nunca»
Por su parte, el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, compareció ante la Prensa nacional desplazada al G-20.
Tras la reunión del G-7 y los países de la OTAN, a la que también acudieron Ursula van der Leyen y Charles Michel como representantes de la Unión Europea, Albares destacó «la necesidad de apoyar por todos los medios posibles la investigación para que se esclarezca exactamente qué es esa explosión que ha ocurrido en Polonia y en qué condiciones se ha producido».
Además de expresar su «solidaridad con Polonia y con los familiares de las víctimas de esa explosión», explicó que «unánimemente se ha rechazado esa oleada indiscriminada y masiva de misiles que han caído sobre Ucrania y han dejado un porcentaje muy elevado de ciudades sin electricidad».
Esta nueva ofensiva de Rusia coincidió con el final de la primera jornada de la cumbre del G-20 en Bali, que consensuó un comunicado muy crítico con la invasión lanzada por Putin que su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, tuvo que tragarse.
Tras la cena de gala del encuentro, a la que acudió ataviado con la camisa tradicional indonesia, se marchó de Bali en mitad de la noche. Poco después, caía la lluvia de misiles sobre Ucrania.
Con independencia de dónde venga el proyectil que provocó la explosión mortal en Polonia, lo importante para Albares es que «la unidad es más necesaria que nunca y nos reafirmamos en son necesarios todos los esfuerzos posibles para que vuelva la paz a Ucrania».
Tras unas primeras horas de tensión en las que parecía que podía estallar la Tercera Guerra Mundial, la calma volvió a la apacible isla de Bali y los dirigentes del G-20 siguieron su agenda… plantando manglares en un proyecto de conservación medioambiental.