Costa de Marfil ya prepara su semifinal contra RD Congo mañana, un escenario que hace dos semanas parecía utópico. La selección anfitriona cayó 4-0 ante Guinea Ecuatorial y tenía pie y medio fuera, por no decir los dos.
Tan imposible parecía su clasificación para octavos, que dependía de otros resultados para pasar como una de las cuatro mejores terceras pese a tener sólo tres puntos y -3 en el golaverage general. Realmente tan difícil parecía que su seleccionador, el francés Jean-Louis Gasset dimitió tras ese partido.
Pese a todo, Costa de Marfil ha vuelto a unas semifinales continentales por primera vez desde 2015, cuando fueron campeones en Guinea Ecuatorial.
Este ha sido el camino ‘milagroso’ de la anfitriona hasta la penúltima ronda tras caer 4-0 ante el Nzalang Nacional en la última fecha de la jornada de grupos.
El primer resultado ‘imposible’ para Costa de Marfil fue que Ghana ganara a la débil Mozambique.
El doblete de Ayer (0-2) puso tierra de por medio, pero los milagros empezaron a suceder.
Penalti para Mozambique que transformó Geny en el 91′ y Reinildo, jugador del Atlético de Madrid, igualó el encuentro en el 94′, dejó fuera a Ghana y, de paso, dio vida a última hora a Costa de Marfil.
El encuentro decisivo pasaba a ser el Zambia-Marruecos, donde los semifinalistas del Mundial debían ganar… y se impusieron 1-0 con gol de Ziyech para llevar la locura a las calles marfileñas: estaban en octavos de final… ¡y no tenían seleccionador!
Para solucionar el tema del banquillo, la federación de Costa de Marfil dejó el mando de los ‘Elefantes’ al exinternacional Emerse Faé, hasta entonces técnico asistente de Jean-Louis Gasset, pero sin experiencia en banquillos.
Sobre el terreno de juego se había conseguido la épica de avanzar a octavos. Ahora venía lo más duro: Senegal.
Un idilio con las prórrogas
En octavos llegó la vigente campeona Senegal y Costa de Marfil la eliminó en la tanda de penaltis, a la que se llega tras el empate, también de penalti, anotado por Kessié en el 86′ en un encuentro que fueron perdiendo desde el minuto 6′. Cogían algo de aire.
En la tanda de penaltis, el propio Kessié se encargó de lanzar el penalti decisivo tras el fallo senegalés de Niakhaté y avanzaron a los cuartos de final, dejando en el camino además a una de sus grandes rivales regionales. «Necesitamos mantener este estado de ánimo que nos dará la fuerza para tal vez ir por el título», afirmó entonces el técnico interino.
Tras Senegal llegó Mali, una de las revelaciones y, de nuevo, otro ‘milagro’. Y van unos cuantos.
En ese encuentro de cuartos, Mali hizo todo lo posible por quedar eliminada. Kossounou vio la tarjeta amarilla al cometer un penalti en el 17′ que falló Adama Traoré y en el 43′ vio la segunda tarjeta amarilla. Expulsado.
En el 70′, Mali se adelantó a los ‘elefantes’ por medio de Dorgeles. Con un futbolista menos desde el 43′, con el marcador abajo, cualquier selección habría bajado los brazos, pero esta selección tiene algo especial y Adingra igualó el encuentro cuando ya moría, en el 90′, en el primer disparo entre los tres palos de los anfitriones.
Si igualaron en el último minuto de partido, acabaron venciendo en el último segundo de la prórroga, con el ya histórico tanto de Diakité en el 123′ que acabó dando la clasificación para semifinales a Costa de Marfil.
Todo ello tras estar prácticamente fuera en fase de grupos y con la ‘espantada’ del seleccionador. Sólo ha ganado un partido en los 90 minutos: el inaugural contra Guinea Bisáu (2-0). El resto, dos derrotas y las épicas victorias ante Senegal y Mali.