Las autoridades suecas han confirmado este viernes que en el marco de la investigación que están llevando a cabo sobre las fugas detectadas en el Nord Stream se han hallado «trazas de explosivos» en «objetos no autóctonos», lo que apunta a que el gasoducto fue objeto de un «flagrante sabotaje».
El fiscal encargado del caso, Mats Ljungqvist, ha apuntado que las pesquisas continúan con el objetivo de alcanzar «conclusiones más determinantes sobre el incidente» y que la cooperación entre Suecia y otros países está funcionando «de forma excelente».
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Mientras, el comisionado de Derechos Humanos del Parlamento ucraniano, Dmytro Lubinets, se ha declarado conmocionado por la «escala de la tortura» durante la ocupación rusa de la región de Jersón que está saliendo ahora a la luz.
En declaraciones televisadas, Lubinets ha afirmado que los hallazgos realizados por las fuerzas ucranianas tras retomar parte de la región son diferentes de los que produjeron en las regiones de Kiev o Járkov.
«Nunca he visto semejante escala y he visitado personalmente todos los centros de tortura en las diferentes regiones de Ucrania. La escala es sencillamente terrible», ha asegurado.