La Fiscalía española denunciará al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, el FC Barcelona y Josep María Bartomeu, presidente del conjunto culé durante seis años.
Los cerca de 1,4 millones de euros recibidos por José María Enríquez Negreira entre 2016 y 2018, se encuentran en el foco de la justicia.
Es que se intenta dirimir todo lo que ha sucedido dentro de la entidad culé desde el 2001 al 2018, en supuestos sobornos arbitrales.
Por ello, la Fiscalía decidió personarse contra ellos por corrupción en los negocios y administración desleal, esta última referida al FC Barcelona y a Bartomeu.
Mientras tanto, la denuncia ya se ha remitido Fiscalía General del Estado para ser visada y así iniciar el proceso lo antes posible.
Durante 2001 y 2018, Negreira recibió pagos del Barcelona por valor de 6.659.488 euros, pero la Fiscalía se interesa en 2016-2018, donde recibió 1,4 millones.
Una cantidad por la que el vicepresidente del CTA en esos momentos daba asesoramiento al club sobre los colegiados que dirigían los encuentros.
Además de Josep María Bartomeu, hubo otros tres presidentes del Barcelona: Joan Gaspart, Sandro Rossell y Joan Laporta, máximo dirigente del club.
Enríquez Negreira canalizó los pagos a DASNIL 95 SL y NIDSAL SCP durante todos los diecisiete años, según informo el portal Football Leaks.
Además, también se vio involucrado su hijo, Javier Negreira Romero, junto a su compañía Soccercam SL.
Palabras de Laporta
Uno de los últimos dar su versión del ‘caso Enríquez Negreira’ ha sido Joan Laporta. El que realizase distintos pagos durante su primer mandato.
El presidente, que apenas ha realizado apariciones públicas desde que saliese a la luz dicha noticia, quiso defenderse de lo ocurrido.
«Tenemos una rueda de prensa preparada para hablar de este tema. El Barça nunca ha contratado árbitros», explicó Laporta.
Además, el máximo mandatario culé quiso señalar una supuesta campaña para desestabilizar al club en uno de sus mejores momentos durante los últimos años.
Laporta puso el foco en Javier Tebas, presidente de LaLiga, y en el CVC que rechazó el presidente culé.
«Es una campaña orientada a controlar el club. LaLiga no acepta que el Barça no firmase el contrato con CVC», recalcó Laporta.
Durante la polémica, la tónica ha sido no darle notoriedad a lo que consideran una campaña para evitar que la buena marcha caiga en picado.
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